Lo que me hace falta, sin duda, es un buen grito. Un desahogo. Intenso. Poderoso. Arrojado con fuerza a los cuatro vientos. Sin pensarlo. Sin darle muchas vueltas. (Como las que le doy ahora mismo, aquí, mientras escribo.) Dejar que corra el llanto. De impotencia. De coraje. De cansancio. Buscar abrazarme. Consolarme. Soltarme a llorar largo rato. Escucharme decir lo que tanto hace falta sea dicho. Pero me falta el valor. La fuerza. La decisión. Es la historia de toda la vida. Estas páginas no parecen suficientes para semejantes arrojos. Pero por ahora es lo único de que dispongo. Así que aquí dejo un primer intento. Un ensayo de grito. De desahogo.
1 comentarios:
Será que estamos siendo invadidos por un virus más poderoso que el AH1N1? un virus que trae a la gente con esa necesidad de desahogo que describes y que sin duda comparto en estos días. Felicidades por este blog tan acogedor! Ya te iré leyendo. Saludos ;)
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