2009

Se acabó. ¿Bien? ¿Mal? No logro hacer un balance. Muchas cosas positivas trajo 2009, sin duda. Pero también podría bautizarlo como el año de la confusión absoluta. No sé dónde estoy, dónde voy, qué quiero, quién soy. Ello explica que 2009 haya sido el año para dar a luz a J.P.H., que escribe aquí en mi lugar. Uno de los muchos que soy. Ni el más auténtico ni el más farsante. Uno más, y punto.

¿Que qué espero de 2010? Un poco de claridad. No quiero entenderlo todo. Solo quiero suficiente luz para ser capaz de poner en blanco y negro un poco de lo mucho que anehlo compartir. Ser un poco más yo. Sin temor. Tener los cojones para enfrentarme a la realidad. Dar la cara. Alumbrar las muchas historias que me vengo prometiendo a mí mismo desde hace tiempo. Así de simple. Así de complicado. Así de absurdo.

Ea, pues. Adiós 2009. Gracias por todo lo que trajiste y por lo que te llevaste. Bienvenido 2010. Ya estaremos hablando.

Mal

No, no estoy bien. Nada bien. Pero da igual, pues a nadie importa. Afortunadamente todo mundo está ocupado de sí mismo. En este mundo es fácil pasar así, desapercibido.

Acerca de este blog

Simplemente un lugar para compartir mis pequeñas soledades, esas que uno acumula a través del tiempo, cada vez que en el interior surge algo que el exterior no comprende. El nombre llegó inspirado por una frase de Roland Barthes.