Sequía

He querido venir aquí, y no he tenido el coraje, las palabras, la voluntad, o yo qué sé. Algo no he tenido. Y más allá de las notas virtuales, descubro que tampoco tengo lágirmas. Llevo días, quizá semanas, queriendo llorar, necesitando llorar. Pero no lo consigo. Y ¿para qué diablos? se preguntará más de uno. La resistencia de las lágrimas podría interpretarse como una falta de necesidad. Cuando hagan falta de han de producir y punto. No lo creo. Las necesito, las quiero aquí, y se niegan. Sigo con el interior seco, vacío. Queriendo contar mil cosas. Queriendo hacer y compartir un infinito. Y la debilidad y el vacío siguen reinando.

Problema

El problema con los locos es que en cuanto dan señales de consciencia sobre su propio estado, comienzan a tomarles por cuerdos.

Acerca de este blog

Simplemente un lugar para compartir mis pequeñas soledades, esas que uno acumula a través del tiempo, cada vez que en el interior surge algo que el exterior no comprende. El nombre llegó inspirado por una frase de Roland Barthes.