Revelación

La realidad, sea lo que sea la realidad, puede ser tan atroz. Pesada. Arrasadora. No tiene piedad, compasión. Hay un infinito de cosas por decir. Desde que inicie este intento de diario virtual, muchas ideas han ido siendo contenidas ingenuamente por mi yo-censor. Pero las cosas alcanzan ya un nivel incontenible. Ya no sólo es urgente recuperar y relatar el pasado. El presente se vuelve incontenible. Se rebela. Exige ser parte de todo esto. Y aquí voy, haciéndole espacio.

Baste por ahora decir que, más que nunca, quisiera huir. Pocas veces he sentido la necesidad auténtica de "tirar la toalla". Pero hoy bien podría abandonarlo todo. Al final, las cosas terminan en cierto modo volviendo a su sitio. Lo sé. Pero mientras se alcanza ese nuevo punto de equilibrio, la estancia sobre la faz de esta Tierra no es cosa grata. Y no sé si habría de serlo. Un día amanece y descubres que estas harto de la patraña del sacrificio, del sufrimiento. Pero te descubres a la vez atrapado en sus redes. Por más que te resistas, su contundencia se impone. No hay salida. Queda uno en su túnel. Ese infinito túnel sin salida.

Acerca de este blog

Simplemente un lugar para compartir mis pequeñas soledades, esas que uno acumula a través del tiempo, cada vez que en el interior surge algo que el exterior no comprende. El nombre llegó inspirado por una frase de Roland Barthes.