He estado lejos. Lejos de aquí. Lejos de mí. Lejos de todo. Y ya vuelvo. Y quisiera recuperar las palabras. Retomar mi viaje al pasado. Seguir la reconstrucción de ese que me observa desde el espejo.
Me he topado con mensajes fechados en enero de 2000, escritos de mi puño y letra en trozos de papel. Las preguntas de entonces se parecen tanto a las interrogantes de hoy.
«Muchas, demasiadas preguntas. Hasta ahora, ninguna respuesta. En el mejor de los casos, una interrogante se resuelve cuando se abren otras cinco, igual de complicadas, igual de trascendentes. No sé con exactitud en qué momento comenzó a crecer tanto este complejo árbol de preguntas. Lo cierto es que creo que respondiendo con calma a las primeras, las demás encontarán por su lado la salida.»Aquellas respuestas siguen sin aparecer. Pero hoy es evidente que eso me inquieta mucho menos que entonces.
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