¿Y ahora?

De pronto abrimos una puerta que no esperaba tan pronto. ¿El resultado? Indescriptible. Ventajas de no esperar nada: los pequeños detalles producen efectos muy poderosos.

En el mismo lapso que hace doce años enviamos todo al vertedero, esta vez hemos construido un paraíso en una nube. ¿Tendremos oportunidad de echar bases que hagan de esa nube un terreno seguro? Vamos, digo seguro sin esperar certezas para toda la vida. Lo digo esperando simplemente un cierto grado de claridad, de referente.

Hoy, esa mirada se ha apoderado de mi pensamiento de un modo completamente inusual. Esa caricia ha dejado un rastro que nunca antes había experimentado. Esa sonrisa. ¡Y esa risa! (Tú sabes qué risa.)

¿Y ahora?

Acerca de este blog

Simplemente un lugar para compartir mis pequeñas soledades, esas que uno acumula a través del tiempo, cada vez que en el interior surge algo que el exterior no comprende. El nombre llegó inspirado por una frase de Roland Barthes.