Miradas

Nos miramos durante toda la noche, aunque nunca estuvimos a menos de tres metros de distancia. Nos miramos y nunca cruzamos palabra alguna. Mientras nos observábamos, nos enamoramos y comenzamos, cada uno por nuestro lado, a construir nuestra historia juntos. Conocimos nuestros encantos y exploramos nuestros puntos débiles. Encontramos que la gente hablaría de nosotros como una hermosa pareja. Supimos que en más de un aspecto éramos lo que estábamos buscando, cada uno a nuestro modo. Pero descubrimos también que, al final, lo nuestro no iba a funcionar. Comprendimos que la historia sería breve y que, llegado el día, terminaríamos haciéndonos mucho daño. Así, esa noche, sin cruzar palabra, edificamos un idilio que terminó sin cruzar una sola palabra, pues bastaron las miradas.

Acerca de este blog

Simplemente un lugar para compartir mis pequeñas soledades, esas que uno acumula a través del tiempo, cada vez que en el interior surge algo que el exterior no comprende. El nombre llegó inspirado por una frase de Roland Barthes.