Aniversario

Hoy se cumple un año de un encuentro que vino a dar cierto giro impredecible a mi vida. Hace días me di cuenta de que la fecha se acercaba. Y de pronto lo bloqueé. Una clara señal de la inestabilidad que atrevieso y que me ha llevado a abandonar las letras durante semanas enteras. Días en blanco. En la nada.

Me he puesto a dar un vistazo a la historia de ese encuentro. Una historia que tengo documentada en cerca de 500 correos electrónicos. Me puse, pues, a leerla, como quien lee un libro cuya trama le resulta obviamente desconocida antes de comenzar. Y al avanzar en la lectura fui descubriendo muchas cosas. Fui encontrando revelaciones que no deberían resultarme nuevas pero que saltaban a la vista con intensidad.

Recordé de pronto aquel propósito inicial de contar aquí parte de mi historia. Parte de mis historias. Y me descubro, como siempre, incapaz de hallar un inicio. Pero estoy convencido de que, al hacerlo, lograré encontrar y dar un poco de orden a todo lo que hoy es confusión en mi mente.

En espera de lograr ese orden pronto (lo cual exige dedicarme un tiempo que he abandonado largamente), envío un abrazo inmenso a L por estos doce meses de coincidir. Gracias, te lo he dicho, por extender tus alas de vez en cuando y visitarme en sueños. Sigo sin comprender del todo qué papel juega uno en la vida del otro, pero lo agradezco infinitamente por lo que este encuentro me ha permitido recuperar.

Acerca de este blog

Simplemente un lugar para compartir mis pequeñas soledades, esas que uno acumula a través del tiempo, cada vez que en el interior surge algo que el exterior no comprende. El nombre llegó inspirado por una frase de Roland Barthes.